4 de abril de 2013

LA CENICIENTA ENCUENTRA PRONTO PALACIO




Pues sí, la cenicienta no ha tardado en encontrar un palacio más lujoso donde vivir más cómodamente en los próximos años; y es que una de las grandezas que tiene el baloncesto universitario, es que más allá de lo extensa y laureada que pueda ser tu trayectoria como coach, si tienes una buena actuación puntual en un gran escaparate mediático como es el torneo final de la NCAA, esta actuación puede catapultar tu carrera, haciendo que te saltes varias etapas en lo que sería el trayecto mas estándar de un entrenador universitario. Esto ha sido lo que le ha ocurrido a Andy Enfield, el hasta hace dos semanas desconocido entrenador de la cenicienta de 2013, Florida Gulf Coast, quien tras alcanzar la ronda del Sweet 16 después de una brillante trayectoria, ha conseguido lo que todo entrenador universitario que se precie sueña, entrenar en una de las conferencias más potentes del país, ya que será el nuevo entrenador de los Trojans de USC en la Pacific-12.
Toma el control  de un programa con potencial, sin pasar por otras estaciones intermedias que otros tardan años y años en pasar, ya que salta directamente del anonimato de una universidad desconocida de la pequeña Atlantic Sun, a los focos mediáticos de una major en una metrópoli como Los Ángeles. Si este salto ha sido excesivamente grande, solo el tiempo y los resultados lo dirán, pero mi opinión es que la decisión del director deportivo de Southern California, Pat Haden, es cuanto menos arriesgada.
No estoy dudando ni mucho menos de la calidad de un entrenador como Andy Enfield, ya que además comulgo con muchas de sus propuestas baloncestísticas, si no que veo algo precipitada esta apuesta.  De hecho me vienen a la mente varios casos de entrenadores que les ocurrió algo parecido y no funciono. El primero que me viene a la mente es Darrin Horn, quien tras llevar a Western Kentucky al Sweet 16 en 2008, cogió el timón de South Carolina en la SEC durante cuatro infructuosos años hasta que fue despedido el pasado curso. Otro caso parecido fue el de Stan Heath, actual entrenador de South Florida, quien tras un único año como entrenador jefe en Kent State, donde alcanzo sorpresivamente el  Elite 8 en 2002, se marchó a Arkansas en la SEC también, donde su carrera se estancó durante los cinco años que allí estuvo.
Y eso que como aficionado de los Trojans que soy, deseo que sea la persona capaz de sacarnos del ostracismo y mediocridad en la que estamos instalados desde hace varios años, pero me asaltan dudas ante si será capaz de soportar la presión en un entorno tan complicado como Los Ángeles, sin haber lidiado antes con entornos parecidos. Recordemos que su bagaje como entrenador jefe se limita a solo dos temporadas en Florida Gulf Coast, universidad de reciente creación y corta vida en la División I del baloncesto universitario (2007), ubicada en Fort Myers, pequeña localidad turística del suroeste de Florida, donde el entorno, ya sea prensa o aficionados, poco podría entorpecer su trabajo. Previamente a este trabajo su trayectoria se reducía a ser asistente y entrenador de tiro en Milwaukee Bucks (1994-1996) y Boston Celtics (1998-2000), siendo su trabajo más relevante los cinco años que paso como asistente en Florida State (2006-2011).
Ahora aterriza en un entorno complicado. Los Trojans de USC son un programa muy laureado en lo deportivo, sobre todo en lo referente a football colegial, donde año tras año son el equipo a batir en la costa Oeste. La ciudad de Los Ángeles vive y respira mucho baloncesto, pero la universidad de Southern California lleva varios años en decadencia. Andy Enfield deberá restaurar la honestidad en un programa golpeado por los escándalos extradeportivos en los últimos años (Tim Floyd, OJ Mayo etc…). Para ello creo que deberá de crear un bloque sólido, en el que las piezas piensen más en lo colectivo que en lo individual, al contrario de los que ha ocurrido en el Galen Center en la última década. Hay que recordar que por las filas de los Trojans han pasado grandes jugadores en los últimos años, que ahora hacen carrera en la NBA como OJ Mayo, DeMar DeRozan, Nick Young, Taj Gibson o Nikola Vicevic, pero como equipo nunca han funcionado.
El talento lo tiene en la puerta, ya que el área metropolitana de Los Ángeles, y el sur de California en general, es un hervidero de talento baloncestístico, por lo que una de sus primeras tares debe de ser involucrarse en el entorno y ser capaz de que el talento circundante se quede a estudiar en el campus de USC. Para ello deberá de enrolar en su equipo de asistentes algún conocido reclutador de la zona, porque a él no se le conocen muchos contactos por allí. Su estilo up tempo creo que puede encajar a la perfección en esa zona geográfica.
Si consigue que el puesto no le venga grande, esta apuesta arriesgada puede cuajar, y espero que sea el encargado de despertar este gigante dormido en el baloncesto universitario, para competir con éxito en una renaciente Pacific-12. Yo así lo espero. Suerte Andy.