Pues sí, la cenicienta no ha tardado en encontrar un palacio
más lujoso donde vivir más cómodamente en los próximos años; y es que una de
las grandezas que tiene el baloncesto universitario, es que más allá de lo
extensa y laureada que pueda ser tu trayectoria como coach, si tienes una buena
actuación puntual en un gran escaparate mediático como es el torneo final de la
NCAA, esta actuación puede catapultar tu carrera, haciendo que te saltes varias
etapas en lo que sería el trayecto mas estándar de un entrenador universitario.
Esto ha sido lo que le ha ocurrido a Andy Enfield, el hasta hace dos semanas
desconocido entrenador de la cenicienta de 2013, Florida Gulf Coast, quien tras
alcanzar la ronda del Sweet 16 después de una brillante trayectoria, ha conseguido
lo que todo entrenador universitario que se precie sueña, entrenar en una de
las conferencias más potentes del país, ya que será el nuevo entrenador de los
Trojans de USC en la Pacific-12.
Toma el control de un
programa con potencial, sin pasar por otras estaciones intermedias que otros
tardan años y años en pasar, ya que salta directamente del anonimato de una
universidad desconocida de la pequeña Atlantic Sun, a los focos mediáticos de
una major en una metrópoli como Los Ángeles. Si este salto ha sido
excesivamente grande, solo el tiempo y los resultados lo dirán, pero mi opinión
es que la decisión del director deportivo de Southern California, Pat Haden, es
cuanto menos arriesgada.
No estoy dudando ni mucho menos de la calidad de un
entrenador como Andy Enfield, ya que además comulgo con muchas de sus
propuestas baloncestísticas, si no que veo algo precipitada esta apuesta. De hecho me vienen a la mente varios casos de
entrenadores que les ocurrió algo parecido y no funciono. El primero que me
viene a la mente es Darrin Horn, quien tras llevar a Western Kentucky al Sweet
16 en 2008, cogió el timón de South Carolina en la SEC durante cuatro
infructuosos años hasta que fue despedido el pasado curso. Otro caso parecido
fue el de Stan Heath, actual entrenador de South Florida, quien tras un único
año como entrenador jefe en Kent State, donde alcanzo sorpresivamente el Elite 8 en 2002, se marchó a Arkansas en la
SEC también, donde su carrera se estancó durante los cinco años que allí
estuvo.
Y eso que como aficionado de los Trojans que soy, deseo que
sea la persona capaz de sacarnos del ostracismo y mediocridad en la que estamos
instalados desde hace varios años, pero me asaltan dudas ante si será capaz de
soportar la presión en un entorno tan complicado como Los Ángeles, sin haber
lidiado antes con entornos parecidos. Recordemos que su bagaje como entrenador
jefe se limita a solo dos temporadas en Florida Gulf Coast, universidad de
reciente creación y corta vida en la División I del baloncesto universitario
(2007), ubicada en Fort Myers, pequeña localidad turística del suroeste de
Florida, donde el entorno, ya sea prensa o aficionados, poco podría entorpecer
su trabajo. Previamente a este trabajo su trayectoria se reducía a ser
asistente y entrenador de tiro en Milwaukee Bucks (1994-1996) y Boston Celtics
(1998-2000), siendo su trabajo más relevante los cinco años que paso como
asistente en Florida State (2006-2011).
Ahora aterriza en un entorno complicado. Los Trojans de USC
son un programa muy laureado en lo deportivo, sobre todo en lo referente a
football colegial, donde año tras año son el equipo a batir en la costa Oeste.
La ciudad de Los Ángeles vive y respira mucho baloncesto, pero la universidad
de Southern California lleva varios años en decadencia. Andy Enfield deberá
restaurar la honestidad en un programa golpeado por los escándalos
extradeportivos en los últimos años (Tim Floyd, OJ Mayo etc…). Para ello creo
que deberá de crear un bloque sólido, en el que las piezas piensen más en lo
colectivo que en lo individual, al contrario de los que ha ocurrido en el Galen
Center en la última década. Hay que recordar que por las filas de los Trojans
han pasado grandes jugadores en los últimos años, que ahora hacen carrera en la
NBA como OJ Mayo, DeMar DeRozan, Nick Young, Taj Gibson o Nikola Vicevic, pero
como equipo nunca han funcionado.
El talento lo tiene en la puerta, ya que el área
metropolitana de Los Ángeles, y el sur de California en general, es un
hervidero de talento baloncestístico, por lo que una de sus primeras tares debe
de ser involucrarse en el entorno y ser capaz de que el talento circundante se
quede a estudiar en el campus de USC. Para ello deberá de enrolar en su equipo
de asistentes algún conocido reclutador de la zona, porque a él no se le
conocen muchos contactos por allí. Su estilo up tempo creo que puede encajar a
la perfección en esa zona geográfica.
Si consigue que el puesto no le venga grande, esta apuesta
arriesgada puede cuajar, y espero que sea el encargado de despertar este gigante
dormido en el baloncesto universitario, para competir con éxito en una
renaciente Pacific-12. Yo así lo espero. Suerte Andy.
1 comentario:
Desde que compre mi smart tv no paro de ver partidos de distintos deportes, aunque normalmente elijo en primer lugar el basket, ya que vengo jugando desde chico a esto
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